Míralo, el cielo. Antes resplandecía 'suave' y hermoso. Ahora, algo ha ido definitivamente muy mal. No para de ver todas las cosas de color negro, y grita. Grita y llora. El cielo está gritando, y no quiere vivir. Quiere seguir llorando eternamente, desahogarse hasta que no tenga más lágrimas. Caen pétalos de rosa, de ninguna parte. Los recojo, miro al cielo con tristeza y melancolía. Soportando un peso en mis manos. El cielo, los pétalos, mi corazón... los tres se están marchitando. Poco a poco, todo muere, sin poder evitarlo. Corre, ¡corre! Pero no pude salvar los pétalos, porque algo faltaba. La flor entera. Y sin ella no podía vivir, no quería vivir. Y los pétalos estaban a merced del viento, esperando un milagro. Pero no pude ayudarlas. Ahora... he de seguir sola, sin nadie. Para siempre.
- - -